No está teniendo suerte Finito de Córdoba en esta nueva temporada
2013 que ha iniciado con ánimos renovados. En unos casos (la
mayoría) el ganado ha dado al traste con las ilusiones de torero y
afición. En otros han sido otro tipo de circunstancias las que han
impedido triunfos que hagan que el torero esté de nuevo en las
alturas del candelero taurino.
Así, en Valencia dio con un público que había ido a ver el toreo
efectista de sus compañeros de cartel (El Cordobés y El Fandi) y no
supo apreciar la maestría de su faena al primero de la tarde, digna,
a todas luces, de obtener mayor premio que una ovación. En Nimes, en
un gran cartel de toros y toreros (el mismo que se repitió en
Córdoba con gran éxito) la lluvia obligó a suspender un festejo
del que se esperaba mucho. Por último, en el Coso de Los Califas, la
explosión de genialidad de Morante de la Puebla con toda su
repercusión mediática minimizó el eco de la gran actuación de Finito con el primero de la tarde al que cortó una oreja.
Tras regalarnos con el capote una larga cambiada, siete verónicas rematadas con una torerísima media a pies juntos, y una larga de ensueño en el quite, su faena estuvo llena de pureza y de esa estética única que
imprime el Fino a sus obras de arte. Fueron varias las tandas de naturales
eternos, enganchando al toro en los vuelos de la muleta, trazando de
arriba a abajo y soltándolo a la espalda, rematadas con pases de pecho perfectos,
vaciando al toro de pitón a rabo, y primorosos adornos cargados de personalidad. Y, para finalizar, una estocada entera (ver video) ¡Ay
si el toro no se resiste a doblar! Faena de 2 orejas. ¡O no!
Y lo pongo en duda no por los merecimientos de la faena sino porque no estoy convencido de que hubiese habido
rotundidad en la petición de la 2ª oreja. Desde los días
previos noté en un sector de la afición cordobesa bastante
animadversión contra Finito, prejuzgando, sin venir a cuento, lo
que iba a ser su actuación días después. Y ya, durante su
actuación, hubo a mi alrededor personas que no le concedieron ni un
sólo aplauso.
Suelo ser una persona bastante tranquila y comedida pero confieso que
esa situación me rebeló. Y no sólo como finistista, si no
como aficionado taurino cordobés y, sobre todo, como persona. Soy
incapaz de comprender los prejuicios y, lo que es peor, la soberbia
que impide reconocer las cosas y rectificar cuando uno se equivoca.
En Córdoba la exigencia a la hora de juzgar las faenas es mucho
mayor con Finito que con otros compañeros. Como evidencia de
esta situación expongo un sólo detalle acontecido durante la
corrida del pasado sábado:
Primer toro: Gran faena de Finito de Córdoba coronada con una
estocada. Se resiste el toro a doblar. Falla el Fino en el primer
intento de descabello y parte del tendido comienza a pitarle.
Tercer toro: Manzanares no puede hacer mucho por las condiciones de
su toro. Dos Pinchazos. Media estocada. Falla en el primer intento de
descabello y el público le aplaude.
Los que vivieron en la época del “Monstruo” cuentan que con
Manolete pasaba lo mismo. En Córdoba era donde más se le
criticaba (hasta se le puso letra a su pasodoble mofándose de su
forma de matar) y sólo hubo unanimidad en reconocer su grandeza
cuando Islero se lo llevó por delante.
Ojalá, en Córdoba, apreciemos todos, de una vez, lo que tenemos
y no haya que esperar a perderlo (aunque sea con su retirada) para
reconocer la grandeza de un torero que ha llevado a Córdoba por todo
el orbe taurino y que; además de ser el que más veces a actuado en
el Coso de Los Califas (55), el que más veces ha abierto su Puerta
Grande (19), el que más toros ha indultado en Córdoba (2), el 2º
que más toros ha indultado (23) y que ha triunfado en todas las
principales plazas del mundo; es reconocido por todo el mundillo
taurino como un TORERO DE TOREROS.
No hay comentarios:
Publicar un comentario