Me
pongo a repasar y se me vienen a la cabeza el impacto de Juli
el domingo de resurrección en Sevilla, las faena y cornada de Fandiño
en Madrid y su paso por Bilbao, la tarde apoteósica de Manzanares en
Nimes, las salidas a hombros de Talavante en Madrid y Mérida,
las actuaciones de Perera en Madrid, Bilbao , Logroño y
Sevilla, Finito en Córdoba, Málaga y Zaragoza, la faena otoñal de El Cid en Las Ventas, varias tardes
de Ferrera en Madrid.... pero, sin duda, para mi, ésta
será la temporada de Morante de la Puebla. Y creo que no me
equivoco si pienso que muchos coincidirán conmigo. Ha sido su
temporada más redonda. De principio a fin de temporada ha ido
dejando actuaciones antológicas tanto con el capote como con la
muleta. Valencia, Sevilla, Istres, Pontevedra,
Ronda, Logroño y sobre todo Córdoba han sido escenarios donde ha
ejecutado efímeras obras de arte que, sin embargo, permanecerán por
siempre en las memorias de los aficionados.
Pero,
ahora bien, ¿es Morante el triunfador de la temporada? Me pongo a
repasar los datos y, en lo que se refiere a plazas de 1ª o 2ª
categoría, que son las que dan prestigio, las que más eco mediático
tienen, veo lo siguiente :
El de
la Puebla del Río sólo ha cortado 14 orejas, sólo ha hecho 3
faenas premiadas con el doble apéndice (una de ellas con el añadido del
rabo) y sólo ha abierto 2 puertas grandes en toda la temporada 2013
(Córdoba y Logroño).
Queda
claro que, en cuanto a estadísticas se refiere, Morante de la Puebla
no es, ni de cerca, el triunfador de la temporada 2013. El que dentro
de unos años mire las estadísticas de este año llegará a la
conclusión de que el gran triunfador fue “El Fandi” y que para
Morante ha sido una temporada muy normalita. Sin embargo, en las
tertulias de aficionados, cuando se recuerde el 2013, se hablará de
Morante; y de su “media” eterna en Sevilla; y del rabo de
Córdoba; y del toro “inventado” de Logroño, y del par de
banderillas en la silla de Ronda,... Y es que, en esto del toreo,
el arte sobrepasa las frías cifras, la sensibilidad no entiende de
orejas y triunfar es sinónimo de emocionar y, con el paso del
tiempo, la genialidad se convierte en leyenda y lo genuino en mito.
Curiosamente, muchas de las faenas que he reseñado más arriba como destacadas de 2013 quedaron sin el premio de las orejas. Y yo me
pregunto: En pleno siglo XXI ¿Qué valor tienen las orejas? ¿Sirven para algo?
En otros tiempos, cortar las orejas en plazas importantes servía
para ganar contratos y hacerse un hueco en carteles importantes.
Estamos viendo que ya, ni eso. Y me remito a los casos, este mismo
año, de Antonio Nazaré, Juan del Álamo, Alberto Aguilar, José
Luis Moreno....
Entonces...
si, por una parte, no sirven para calibrar la categoría de un
torero, y por la otra, tienen una influencia mínima en su
carrera, más allá de ser una tradición secular y de servir
para proporcionar una estadística ¿Qué sentido tiene seguir
concediendo orejas?
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