El tercio de varas es de
suma importancia para medir la bravura de un toro, pero, además, si
la suerte se realiza correctamente llena el tendido de emociones. Y
las emociones resultan indispensables para que cualquier espectáculo
resulte ameno.
Como ya expuse en una "cavilación" anterior, en estos tiempos en los que la oferta de
ocio es tan amplia, se antoja vital para la Fiesta, el presentar la
lidia del toro bravo como un espectáculo total. Una suerte de varas
con belleza y emoción debe ser parte fundamental de ese espectáculo taurino. Sin embargo, en la actualidad, en la mayoría de los casos,
es una mera parodia de lo que debiera ser. Considero responsables de
esta situación tanto a los profesionales (Ganaderos, matadores,
picadores y subalternos) por no poner todos los medios a su alcance
para que se lleve a cabo con pureza, como a los propios aficionados
por una excesiva condescendencia y falta de exigencia. Nos tragamos,
una y otra vez y sin rechistar, toros que entran al caballo al
relance de un mal capotazo o puyazos traseros y rectificando.
Pienso que la situación
podría ser perfectamente reversible, porque, si bien en la administración
del castigo influye algo incontrolable como es la condición del
toro, en la forma de ejecutar la suerte tan sólo intervienen
“factores controlables”. Así, poner el toro en suerte (salvo con
toros abantos, fríos o muy mansos), sólo depende del
“querer/saber/poder” del lidiador. Por otra parte, mover el
caballo provocando la acometida del astado y "cogerlo en la cruz" sólo
depende del “querer/saber/poder” del piquero de turno. Sin
embargo, una tarde sí y otra también, la suerte de varas pasa como
un mero trámite, sin pena ni gloria. Tan sólo se puede disfrutar
habitualmente de ella en las denominadas corridas toristas y, por lo
general, en las plazas francesas.
Yo, cual polémico
entrenador de fútbol, me pregunto ¿por qué?. ¿Por qué esta
devaluación de la suerte de varas? ¿Alivio? ¿Falta de
conocimientos? ¿De facultades? ¿De profesionalidad? ¿De valor?
¿Carencia de torería y casta torera? Cada uno tendrá su respuesta,
pero lo cierto es que, por unas cosas o por otras, se está privando
al espectáculo de la lidia de una parte esencial en unos tiempos en
los que en vez de restar hay que sumar, siendo necesario impregnar de
torería y pureza todo lo que sucede en el ruedo. Cada uno en su
parcela debe aportar su granito de arena. Se trata, en definitiva, de
incrementar la calidad del espectáculo. El futuro de la Fiesta está
en juego.
Totalmente de acuerdo, Manolo. Super útiles estas cavilaciones, Manolo, para aprender y para llevar a cabo. Más claro y sencillo no se puede explicar.
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