Estuve
el pasado sábado en la localidad sevillana de La Puebla del Río,
donde, con motivo de la festividad de su patrón, San Sebastián, se
había organizado una programa de actos esencialmente taurino. En el
camino de vuelta era absoluto el convencimiento de que, cual Michael
J. Fox en la taquillera película de los 80 “Regreso al Futuro”
volviendo a fechas pretéritas para resolver problemas del futuro, en
el mundo del toro urge regresar a las raíces de la fiesta para
devolverle su vitalidad.
Lo
acontecido en la localidad cigarrera cabría calificarlo como de un
auténtico “Pelotazo taurino”. Se había programado una
novillada sin picadores con cinco novilleros locales en el cartel. El
precio de la entrada “superpopular” 10€. Con carácter previo,
por la mañana, las reses fueron corridas por las calles de la
localidad, previamente acondicionadas para tal fin por el
ayuntamiento, desde unos corrales a la plaza de toros mediante un
encierro al más puro estilo “sanferminero” (Cántico de
invocación al patrón y chupinazo incluido). Y en el entreacto,
entre un acontecimiento y otro, una paella gigante elaborada en un
parque aledaño a la plaza de toros era la encargada de aplacar
gratuitamente el hambre del personal. Todo ello salpicado por
numerosos puestos ambulantes que ofrecían a los viandantes diferente
productos y recuerdos de carácter taurino.
El
pueblo respondió ¡Y de que manera! Y no sólo el pueblo. El
acontecimiento fue foco de atracción de numerosos foráneos. El
éxito resultó evidente: todo el pueblo era un hervidero de gente
(la mayoría con su pañuelico al cuello), los bares y restaurantes
hasta la bandera (algunos de ellos incluso con existencia agotadas),
niños que probablemente habían visto por primera vez un toro real y
no animado, jugando al toro por las calles... Y en la plaza el
cartel de “No hay Billetes” puesto con varios días de antelación
y funcionando la reventa. ¡¡Con una novillada sin caballos!!
Como no
podía ser de otra manera, entre los taurinos lugareños se escuchó
en varias ocasiones una pregunta cargada de guasa “¿dónde
están los antis?”
Se
había regresado a los orígenes de la Fiesta: toros por las
calles, novilladas en los pueblos, torerillos locales, precios al
alcance de todo el mundo. Y la fórmula funcionó ¡Vaya si
funcionó!
Ahí
radica el futuro de la Fiesta: en rescatar el toreo como espectáculo
popular de masas. Porque de esas novilladas de pueblos saldrán
la futuras figuras, de esa gente que ve correr los toros por sus
calles muchos irán luego a ver su lidia, y de todo ese público que
acudirá a la plaza de su pueblo surgirán nuevos aficionados
cabales.
Sin
duda, la fiesta de San Sebastián en La Puebla del Río debe
convertirse, en lo taurino, en una referencia a seguir. Mi
felicitación a los organizadores.
OLÉEEEEEEEE TORERO.-
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