martes, 30 de septiembre de 2014

Los Califas. De Cárdeno Oscuro a Negro Zaíno


Dos meses hace ya que la plaza de toros de Córdoba está huérfana de empresa arrendataria. Dos meses que no son dos sino seis, los mismos que han transcurrido desde la suspendida rueda de prensa de presentación de los carteles de feria 2014. Ahí se dictaminó que la andadura de Ramguertauro S.L. por Córdoba no podía prolongarse.

No han sido suficientes esos seis meses para que la sociedad propietaria llegara a un acuerdo con algún empresario de garantías que se quisiera hacer cargo de la regencia del Coso de Los Califas en las actuales circunstancias. Un síntoma que ya de por sí da que pensar. La cosa, hasta hace unos días, pintaba cárdeno oscuro.

Pero he aquí que, de repente, por arte de birlibirloque, el cárdeno oscuro se ha tornado en negro zaíno: Un técnico del ayuntamiento de Córdoba ha dictaminado que la plaza de toros, un edificio de hace 50 años, no cumple la normativa del año 2013 y, por lo tanto, no es apto para albergar espectáculos públicos.

¿No querías arroz? Dos tazas Catalina”. Si ya, de por sí, estaban siendo complicadas las gestiones para encontrar un valiente, ahora, con la espada de Damocles que supone la incertidumbre sobre la posibilidad de celebrar espectáculos en el futuro creada por el ínclito técnico y su informe, “La Búsqueda” se convierte en “Misión Imposible”.

Como diría el castizo: “esto no pasa na más que aquí”. Y tendría razón. Resulta impensable que a alguien, Guadalquivir abajo, se le pasara siquiera por la imaginación que en la centenaria Maestranza sevillana se pudiese prohibir celebrar espectáculos taurinos amparándose en que los antepasados maestrantes no tuvieron en cuenta al construir su plaza la normativa parida en 2013.

Y ¿a qué viene todo esto? ¿qué hay detrás del susodicho informe? Los rumores se han desatado ¿Se trata de un técnico con afán de notoriedad? ¿Responde a una estrategia trazada por los “antis” desde la sombra? ¿Hay oscuros intereses inmobiliarios de por medio? ¿Se trata de cobrarse afrentas personales? Incluso hay quien, socarronamente, comenta que cierto partido político “Podría” haber desembarcado ya con antelación en el ayuntamiento cordobés, y quien, con guasa, apostilla que a la sociedad propietaria le resulta más rentable celebrar bodas en la plaza de toros que dar espectáculos. El tiempo dará luz al tema. O no.

Sea como fuere, lo que es incuestionable y motivo de preocupación para los aficionados, es que a los enemigos de la fiesta, tan propensos a la inventiva y la manipulación, con este informe se les ha proporcionado una nueva arma arrojadiza a la que, sin duda, se aferrarán con todas sus fuerzas para intentar cerrar nuestra plaza de toros.

Y la Córdoba taurina ¿Cómo va a reaccionar ante esto? ¿Se limitará a desahogarse con las típicas soflamas de taberna? ¿Abandonará de una vez su habitual indolencia y pasividad?

Hace unos años algunos aficionados, a los que, desde un sector del taurinismo envuelto en esos aires de suficiencia tan frecuentes en este mundillo, se tildó de alarmistas, vaticinaron el peligro que se cernía sobre Barcelona y San Sebastián. Desafortunadamente hemos podido comprobar cómo ha terminado la cosa. Sería muy triste que en nuestra Córdoba la historia, aunque con un guión distinto, tuviera un mismo final. Atentos pues.


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