Un año
ha bastado para que los brotes verdes que se comenzaban a apreciar en
torno a Los Califas allá por la feria de mayo de 2013 se hayan
marchitado de raíz. El cajón vacío cortó en seco el tratamiento
de choque aplicado para recuperar las constantes vitales de la plaza
y desde entonces los cuidados paliativos degeneraron en una sucesión
de despropósitos que ha hecho que la feria de 2014 naciera ya con
síntomas de metástasis general.
Y
sucedió lo que tenía que suceder. Con los tendidos más vacíos que
nunca se ha pasado de acaparar todos los focos mediáticos del
planeta taurino por el corte de 4 orejas y un rabo de Morante de la
Puebla a acaparar titulares por la bochornosa suspensión de una
corrida por falta de toros, fruto de la mala gestión y desidia de la
empresa más que de una supuesta mano negra. Se ha pasado de 14
orejas, un rabo y 3 Puertas de Los Califas a 4 generosas orejas. Se
ha pasado de aficionados que toreaban a la salida de la plaza a caras
largas y llenas de preocupación por el incierto futuro que acecha.
Ha sido
una feria triste. Una feria en la que el rojo de los asientos ha tenido un marcado protagonismo. Ha
sido una feria de entradas recicladas, de mulillas sin enjaezar, de
puertas cerradas. Y en lo artístico poco que destacar. Tan sólo
quedaron para el recuerdo luminosos destellos de arte provenientes de
las muñecas de Curro Díaz y Morante de la Puebla y la maestría y
entrega de Antonio Ferrera.
Del
ganado.... mejor no hablar. Y con eso todo queda dicho. Y es muy
triste tener que decir esto cuando el elemento fundamental de la
Fiesta es el toro.
Queda
un atisbo de esperanza de cara al futuro (y no es precisamente el
ejercicio de autocrítica realizado por los responsables del
desaguisado). Esa esperanza la alimentan Javier “Lagartijo”,
Rocío Romero, Ignacio Ostos y Jesús Pedregosa. Los cuatro, cargados
de sueños toreros, cruzaron el umbral de la Puerta de Los Califas en
los festejos menores gracias a su buen hacer. De su trabajo y de la suerte dependerá que sus sueños, y de paso los
nuestros, se vean cumplidos.
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