¡Al
fin! A tan sólo dieciséis días de que comience la feria taurina de
Córdoba se han presentado sus carteles de manera oficial. Los carteles de la feria nº 50 que se celebra en el Coso de los Califas. Unos carteles de plaza de
primera, defiende la empresa. Unos carteles que conforman la feria
más floja de la historia de esta plaza, digo yo.
Si
miramos el apartado ganadero nos
encontramos con ganaderías que, salvo Zalduendo
(que no atraviesa un buen momento precisamente), no suelen aparecer
en el circuito de las grandes ferias. Confiemos en que,
al menos, la presentación sea irreprochable. Es de agradecer, eso
sí, la inclusión de una ganadería cordobesa (Jaralta) y
otra de procedencia Núñez (González-Sánchez Dalp), aunque
me da a mi que el aspecto monetario ha primado más que dichas
características a la hora de determinar su contratación.
La
composición del cartel del jueves de feria resulta, como poco, y por
ser generoso, extraña. Aunque haya nombres que individualmente
puedan resultar interesantes para el muy aficionado, la combinación
llevada a cabo sólo puede resulta atrayente para el “jartible”
taurino. Indigesta resulta para el aficionado taurino a secas. Del
gran público cordobés ni hablamos.
La
inclusión en la feria de Andrés Luis Dorado y de Paco
Ureña, si obviamos la
ausencia de otros espadas, podrían
tener alguna justificación, pero, por favor, que alguien me
explique los méritos contraídos por Juan Diego para que su
nombre figure en los carteles de feria en Córdoba. ¡Ah, sí! su
relación de apoderamiento con el gerente de la empresa ¡Faltaría
más! ¿Y el respeto debido a la afición cordobesa donde queda?
Antonio
Ferrera en su mejor momento artístico, Curro Díaz con un
corte de torero muy del gusto de la tierra y Jiménez Fortes que
dejó una grata impresión en el albero califal hace dos años
conforman el cartel del viernes de feria. Un cartel bastante
interesante para el aficionado pero que dista mucho de ser un cartel
que dé categoría a la Feria y de llevar a la plaza a aficionados
foráneos o al gran público cordobés.
Se excusa la empresa en que las figuras sólo
quieren venir a Córdoba el sábado de feria. Si miramos los carteles
de los viernes de las pasadas ferias de Sevilla, Castellón o
Valencia observamos los siguientes nombres: Enrique Ponce, Sebastián
Castella, Finito de Córdoba, José Mª Manzanares, Morante de la
Puebla, Iván Fandiño,... ¿Aceptamos pulpo como animal de compañía?
Y para el Jueves... ¿Tampoco querían venir Joselito Adame, Juan del
Álamo, Manuel Escribano, Antonio Nazaré, Paulita...? ¿También se
han negado toreros como Javier Castaño, Diego Urdiales, Alberto
Aguilar, Rafaelillo, etc con los que se podía haber incluído una
corrida de carácter torista ganando la feria en variedad?. Me suena
a incapacidad de gestión y falta de imaginación, porque...
la afición se le supone a un empresario taurino ¿no?.
Especialmente
llamativa y sangrante es la ausencia de Finito de Córdoba, el
referente de la afición cordobesa que, además, está en su mejor
momento. De sobra son conocidos los hechos acontecidos. Sólo una
reflexión al respecto. El torero local (por más que el Sr. Ramírez
se jacte en nombrarlo como “el de Sabadell”) en el que se ha
fundamentado la feria cordobesa en los últimos 25 años, figurón
del toreo que el pasado año volvió a triunfar en nuestra plaza,
torero de toreros que en la actualidad se encuentra en un momento
extraordinario ¿Se merece ser el último torero al que dirigirse
para cerrar la feria? ¿No estará relacionada su ausencia con la
dignidad más que con el dinero como algunos quieren hacer creer?
“El
cartel de la feria” es el sábado. Un Ponce, en maestro y
muy querido en Córdoba, un Morante que el pasado año se
consagró definitivamente como dios del olimpo torero en esta plaza y
un renovado Talavante tras su cambio de apoderamiento,
concentrarán el interés del público ¿Se concretará ese interés
en entradas vendidas?
“No
puede ser que la plaza esté llena y el cajón vacío”. Era la
queja amarga del empresario Ricardo Ramírez al concluir la Feria de
Mayo 2013. Ojalá me equivoque pero me temo que a final de mes, con
la errática política de precios llevada a cabo (que ya de por sí merece una
cavilación en exclusiva) y la tremenda disminución en la calidad de
los carteles de este año, estarán
vacíos la plaza y el cajón.
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