viernes, 9 de mayo de 2014

Los Carteles de la Discordia

¡Al fin! A tan sólo dieciséis días de que comience la feria taurina de Córdoba se han presentado sus carteles de manera oficial. Los carteles de la feria nº 50 que se celebra en el Coso de los Califas. Unos carteles de plaza de primera, defiende la empresa. Unos carteles que conforman la feria más floja de la historia de esta plaza, digo yo.

Si miramos el apartado ganadero nos encontramos con ganaderías que, salvo Zalduendo (que no atraviesa un buen momento precisamente), no suelen aparecer en el circuito de las grandes ferias. Confiemos en que, al menos, la presentación sea irreprochable. Es de agradecer, eso sí, la inclusión de una ganadería cordobesa (Jaralta) y otra de procedencia Núñez (González-Sánchez Dalp), aunque me da a mi que el aspecto monetario ha primado más que dichas características a la hora de determinar su contratación.

La composición del cartel del jueves de feria resulta, como poco, y por ser generoso, extraña. Aunque haya nombres que individualmente puedan resultar interesantes para el muy aficionado, la combinación llevada a cabo sólo puede resulta atrayente para el “jartible” taurino. Indigesta resulta para el aficionado taurino a secas. Del gran público cordobés ni hablamos.

La inclusión en la feria de Andrés Luis Dorado y de Paco Ureña, si obviamos la ausencia de otros espadas, podrían tener alguna justificación, pero, por favor, que alguien me explique los méritos contraídos por Juan Diego para que su nombre figure en los carteles de feria en Córdoba. ¡Ah, sí! su relación de apoderamiento con el gerente de la empresa ¡Faltaría más! ¿Y el respeto debido a la afición cordobesa donde queda?

Antonio Ferrera en su mejor momento artístico, Curro Díaz con un corte de torero muy del gusto de la tierra y Jiménez Fortes que dejó una grata impresión en el albero califal hace dos años conforman el cartel del viernes de feria. Un cartel bastante interesante para el aficionado pero que dista mucho de ser un cartel que dé categoría a la Feria y de llevar a la plaza a aficionados foráneos o al gran público cordobés.

Se excusa la empresa en que las figuras sólo quieren venir a Córdoba el sábado de feria. Si miramos los carteles de los viernes de las pasadas ferias de Sevilla, Castellón o Valencia observamos los siguientes nombres: Enrique Ponce, Sebastián Castella, Finito de Córdoba, José Mª Manzanares, Morante de la Puebla, Iván Fandiño,... ¿Aceptamos pulpo como animal de compañía? Y para el Jueves... ¿Tampoco querían venir Joselito Adame, Juan del Álamo, Manuel Escribano, Antonio Nazaré, Paulita...? ¿También se han negado toreros como Javier Castaño, Diego Urdiales, Alberto Aguilar, Rafaelillo, etc con los que se podía haber incluído una corrida de carácter torista ganando la feria en variedad?. Me suena a incapacidad de gestión y falta de imaginación, porque... la afición se le supone a un empresario taurino ¿no?.

Especialmente llamativa y sangrante es la ausencia de Finito de Córdoba, el referente de la afición cordobesa que, además, está en su mejor momento. De sobra son conocidos los hechos acontecidos. Sólo una reflexión al respecto. El torero local (por más que el Sr. Ramírez se jacte en nombrarlo como “el de Sabadell”) en el que se ha fundamentado la feria cordobesa en los últimos 25 años, figurón del toreo que el pasado año volvió a triunfar en nuestra plaza, torero de toreros que en la actualidad se encuentra en un momento extraordinario ¿Se merece ser el último torero al que dirigirse para cerrar la feria? ¿No estará relacionada su ausencia con la dignidad más que con el dinero como algunos quieren hacer creer?

“El cartel de la feria” es el sábado. Un Ponce, en maestro y muy querido en Córdoba, un Morante que el pasado año se consagró definitivamente como dios del olimpo torero en esta plaza y un renovado Talavante tras su cambio de apoderamiento, concentrarán el interés del público ¿Se concretará ese interés en entradas vendidas?

“No puede ser que la plaza esté llena y el cajón vacío”. Era la queja amarga del empresario Ricardo Ramírez al concluir la Feria de Mayo 2013. Ojalá me equivoque pero me temo que a final de mes, con la errática política de precios llevada a cabo (que ya de por sí merece una cavilación en exclusiva) y la tremenda disminución en la calidad de los carteles de este año, estarán vacíos la plaza y el cajón.


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