Pasados ya unos días de la noticia, ando todavía “tocado” por
el anuncio de la retirada de José Luis Moreno. Quizás para los que
sólo vean las estadísticas de sus últimas temporadas pudiera ser
una retirada lógica y esperada, pero los que tuvimos la suerte de
presenciar su actuación en la pasada Feria de Mayo cordobesa ni
mucho menos podíamos pensar en algo así. ¿Quién se podría
imaginar al salir del Coso de los Califas ese 30 de mayo de 2013 (el
17 aniversario de su alternativa) que acabábamos de asistir a la
última actuación de José Luis Moreno, a su última Puerta de Los
Califas, a su última Puerta Grande? El que más y el que menos
pensaba que José Luis se había reivindicado una vez más y ese
triunfo le iba a servir para ver inscrito su nombre en nuevos
carteles. Pero no. Los vestidos de luces de José Luis no volvieron a
salir del armario el resto de la temporada.
Y da PENA que el toreo pierda un torerazo así en plena madurez, con
un toreo lleno de verdad, profundidad y valor sereno, con capacidad
para dar la talla con cualquier tipo de toro y honradez para dar la
cara en cualquier plaza. Porque el toreo anda necesitado de
toreros así.
Y da RABIA ver cómo los públicos se dejan deslumbrar por los
nombres de moda, o por el torero más guapo, o por el más simpático,
o por un toreo que casi no es toreo. Y nos quedamos sin el toreo
puro de José Luis porque no queda sitio para él.
Y produce INDIGNACIÓN comprobar cómo otros toreros, con muchos
menos méritos taurinos, han hecho el paseíllo mientras José
Luis se quedaba en su casa por no querer entrar en el “túnel” de
la indignidad.
Y produce IMPOTENCIA comprobar cómo José Luis, y otros muchos, han
sido desechados por el “sistema”. Un sistema formado por empresas
que anteponen los compromisos con el colega a los méritos
contraídos en el ruedo; figuras que hacen y deshacen,
ponen y quitan a su antojo; y medios de comunicación que ensalzan
hasta la saciedad las gestas del torero de moda y callan o
minimizan, las de aquellos que no “venden”.
Y ASQUEA que haya sido todo esto y no una mala cornada, ni una merma
de las condiciones físicas, ni la falta de afición, lo que ha
puesto fin a la carrera profesional de José Luis Moreno.
Pero a lo que nada ni nadie podrá poner fin nunca es a los
recuerdos. Recuerdos de un TOREO DE VERDAD, con mayúsculas, que
permanecerá indeleble por siempre en lo más profundo de los buenos
aficionados. Por ello, por la buenas tardes de toros que nos brindó
a lo largo de su importante trayectoria sólo me queda decir:
¡Gracias TORERO!
La última faena de José Luis Moreno (Video de Diego Pineda)
Magnifica entrada Manuel, expresar claramente la realidad actual de la Fiesta hoy se va un gran torero despues de 17 años de alternativa aburrido de la situación actual y a otros ni le dejan pasar no sea que le hagan sombra a los elegidos para cambiar cromos. Esto es la realidad actual que no vale el vale por tantos lame.... que hay.
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