Al finalizar la Feria de Mayo 2013 la Córdoba taurina respiraba
optimismo. Vislumbraba con esperanza la recuperación del Coso de Los
Califas. La nueva empresa había trabajado bien, había puesto en
marcha nuevas iniciativas del agrado de la afición y, sobre todo,
una política de precios envidia de los aficionados de toda España y
digna de ser adoptada por la mayoría de empresas que rigen los
destinos de los cosos españoles. Una política que se vio
refrendada, en tiempo de crisis, con un importante aumento respecto a
años anteriores, tanto de abonados como de espectadores en los
tendidos. Por otra parte la presentación del ganado había mejorado
un puntito y, como remate, los festejos habían resultado exitosos en
lo artístico, con el colofón de la ya histórica tarde de Morante
de la Puebla.
Demasiado bonito para ser cierto. Y, como dice el sabio refranero
español: “Dura poco la alegría en casa del pobre”.