Llega
mayo, y con él, se hace efectiva, de la mano de una empresa de
extraño nombre, “Global Romuva S.L.”, la nueva relación entre
el Coso de Los Califas y la FIT.
A
finales de febrero, en los salones consistoriales de nuestra ciudad,
se presentó el enlace en sociedad y se anunciaron las fechas de la
celebración. Ya sólo faltaba concretar el menú.
Tras
cerca de dos meses de tiras y aflojas, de dimes y diretes, y,
suponemos que también, de presiones, tensiones y ajustes
presupuestarios, el menú se ha cerrado y se ha hecho público. No
ha habido sorpresas en cuanto a su estructura. Se ajusta a lo
anunciado. Consta de un aperitivo de bienvenida, un entremés, 2
platos principales y postre. Nos quedamos sin el “chupito”,
invitación de la casa, en forma de novillada de promoción.
El
resultado del conjunto se antoja adecuado al momento en que se
encuentra la Fiesta en Córdoba y, en líneas generales, bastante
atractivo. Más para el público que para el aficionado. En éste se
detecta cierto punto de decepción. Ante el anuncio realizado por
la FIT de utilizar en Córdoba materia prima de primerísima calidad
se había especulado mucho. Al cabo, entre los ingredientes de los
platos centrales no han aparecido impresos los nombres de “El Juli”
ni de Miguel Ángel Perera, ni tampoco el aderezo de José Tomás, la
especia más cotizada y deseada. A mayor abundamiento los productos
utilizados en defecto de aquellos han sido un “Paquirri” de
vuelta, no muy acertado en lo que va de temporada, y un Talavante
cuyo bagaje en Córdoba es de 1 oreja en 14 toros lidiados, por lo
que la fría acogida entre los aficionados resulta justificada.